miércoles, 23 de septiembre de 2009

capítulo 1

En los pasillos desiertos de aquel enorme castillo un grito interrumpió el silencio de la noche. El rey Henry el piadoso había sido asesinado por su propio hermano. La reina Elisa instintivamente ha corrido a la habitación de su única hija y la ha despertado para ponerla a salvo con su dama de compañía Samantha. Les da órdenes claras de abandonar rápidamente el castillo y el reino e ir en busca de un chico con un tatuaje de un sol como el del escudo del difunto rey.
- Huye, huye lejos de aquí hija mía y salva el reino. Busca al chico del sol él es nuestra única esperanza para…
La reina no puede terminar la frase, ha sido alcanzada por una flecha en el estómago. Las lágrimas no dejan ver a Luna por donde va arrastrada por Samantha. Cuando por fin consigue ubicarse, está dentro de un carruaje sin ningún lugar al que llamar hogar.

jueves, 10 de septiembre de 2009

PREFACIO

Emie la llevó al único lugar en el que podrían estar seguros de que no les encontrarían; donde las mentiras y la verdad no se podían diferenciar, donde una copa de ron no faltaba en las manos de nadie, la llevó a la taberna de los piratas, también conocida como “Ánimas”.

Según iban entrando el olor a alcohol y tabaco se hacía más intenso. Ante sus ojos se extendía un gran local lleno de mesas y gente bebiendo, gritando, riendo, solos, acompañados… Emie la condujo hasta la barra y le ofreció algo de beber. De pronto todo el jaleo dejó paso al silencio.

- Hemos llegado justo a tiempo. -dijo Emie con una sonrisa y señaló hacia una especie de escenario.

- ¿Hay algún espectáculo? –preguntó Luna en voz baja.

- Ya verás, tú solo espera.

Un foco iluminó a un muchacho que acababa de subir al frente. Era alto y un poco musculoso. Tenía el pelo muy oscuro y la piel clara. Saludó al público, cogió una guitarra y empezó a tocar. Con dedos ágiles arrancaba de las cuerdas de aquel instrumento brillante una melodía increíblemente bella. Al principio las notas eran lentas y calmadas pero mientras avanzaba se aceleraban y se convertían en un grito de alegría y vida. De alguna manera, a la vez que la música, el corazón de Luna cambiaba su ritmo y sus latidos se hacían cada vez más fuertes.

Cuando sonaron los últimos acordes todo el mundo estaba de pie aplaudiendo y vitoreando, incluso Luna y su acompañante se habían levantado y aplaudían con entusiasmo sin darse cuenta.

- Vamos, tenemos que pillarlo antes de que se le tiren las fans encima. No te separes de mí.

- ¡Espera! No me has contado por qué tenemos que hablar con él –se quejó Luna.

- ¿Estás buscando al chico ese del Sol para que te ayude, no?

- Sí, bueno eso fue lo que me dijo mi madre…

- Pues si buscas a alguien Alec es el mejor, tiene muchos contactos gracias al negocio.

- ¿Alec? ¿Te refieres al chico de la guitarra? –dijo Luna casi sonrojándose cuando recordó como le había latido el corazón mientras escuchaba como tocaba.

- Sí, mira allí está, ¡Alec, aquí!

Al oír gritar a Emie Alec se dio la vuelta y buscó entre la gente, cuando los localizó por fin en la barra fue hacia ellos.

- ¡Hola! Cuanto tiempo sin verte “Em”, ¿qué te trae por este tugurio?

- Verás Alec, esta es mi amiga Luna…-dijo señalándola con un gesto de la mano.

A partir de ese momento Luna no fue consciente de lo que pasaba a su alrededor. En el preciso instante en el que sus ojos se habían encontrado con los de Alec, quedó completamente atrapada en aquellos destellos verdes. Al mismo tiempo, él Portu parte quedó preso del azul con tonos marrones de los suyos. Pero a diferencia de ella, él sí escuchaba a Emie; así que les indicó que pasaran a una sala.

Un ligero temblor recorrió a Luna trayéndole un recuerdo borrado, una idea que le hizo pensar que no era la primera vez que había sido capturada en aquellos ojos.